2. Playas de Cala Comte

A continuación, nos desplazamos hasta las Playas de Cala Comte. Consta de varias calitas de arena blanca, bañadas por aguas de color turquesa desde las que se divisan las islas de Es Bosc, Sa Conillera, Ses Bledes y S’Espartar. Suele estar bastante frecuentada, aunque su visita es indispensable, ya que está considerada como una de las diez playas más bellas del mundo. Una vez finalizada la misma, podemos parar a comer en los estupendos restaurantes de la zona. Eso sí, mejor con reserva.

3. Es Broll de Buscastell

Por la tarde, pasearemos por Es Broll de Buscastell, un extraordinario paisaje agrícola repleto de bancales, acequias, canales y albercas de tiempos musulmanes.

El valle, ubicado en el corazón del municipio de Sant Antoni, se extiende a lo largo de 4,5 kilómetros, siguiendo el curso de un torrente. Aquí, las parcelas de cultivo se han situado en bancales a distintos niveles, irrigados por un sistema de acequias, canales y albercas construido durante la época de dominación árabe.

4. Es Vedrá

Despediremos el día viendo la puesta de sol en Es Vedrá (Sant Antoni), el islote más enigmático de Ibiza.

De entre los nueve islotes que rodean el perímetro ibicenco, la isla de Es Vedrá es, sin duda, la que más atracción genera entre propios y extraños. Situada al suroeste de Ibiza, a menos de dos kilómetros de su costa, esta misteriosa pirámide rocosa de casi 400 metros de altura deja con la boca abierta a todo aquel que se asoma a verla. Desde 2002, Es Vedrá es propiedad de una treintena de familias ibicencas y se encuentra dentro de la Red Natura 2000, gracias a su reconocimiento como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). A todo esto le sumamos los mitos, secretos y leyendas que Es Vedrá arrastra desde la antigüedad.